miércoles, octubre 18, 2006

Pensar: Ollas y presión

Al retirar el peso, que tapa la salida de seguridad de una olla a presión, al terminar de cocinar una comida en la que hemos usado agua, observamos como sale vapor durante un buen rato. Cuando se igualan la presión interior y la exterior podemos abrir la olla sin peligro. Si no queremos esperar o no queremos que se manche la cocina con las pequeñas gotas de grasa, que normalmente arrastra el vapor, podemos colocar la olla debajo del grifo antes de retirar el peso. A medida que el agua cae sobre la olla disminuye la temperatura de esta y como consecuencia la presión en el interior. Si retiramos el peso después de unos pocos segundos observaremos que la presión en el interior se ha reducido de tal manera que es mucho más pequeña que en el exterior: oímos como el aire silba a medida que entra en la olla. Las cosas suceden exactamente igual aunque el agua del grifo tenga una temperatura superior a la del aire de la habitación.

¿Cómo es posible que la presión en interior sea inferior a la del exterior si en el interior la temperatura es todavía muy superior a la del aire exterior?

1 comentario:

jose luis dijo...

La misión principal del peso es controlar que la presión interior no suba en exceso. Es un sistema mecánico simple. Consiste en un tapón que cierra una pequeña chimenea por acción de su propio peso. Cuando la presión supera un determinado valor, es suficientemente fuerte para levantar ligeramente el peso, abriéndose ligeramente esta vía de escape, liberando vapor y por tanto reduciendo un poco la alta presión del interior.

La presión máxima que queremos que soporte la olla se controla con el peso del tapón (a más peso...)

La presión interior inicialmente es igual a la exterior. Cuando la olla se calienta, la presión interior aumenta por el incremento de temperatura y al tener una resistencia a la expansión (controlada por el peso). Esto permite cocinar mucho más rápido. El mecanismo de control de presión, ha liberado parte del vapor del interior para evitar un incremento excesivo. Si enfriamos la olla a temperatura ambiente manteniendo obstruida la chimenea, la presión interior disminuirá. Inicialmente las temperaturas eran iguales pero en la olla había más aire que fue liberado por el mecanismo regulador. Si la temperatura a la que enfriamos la olla es suficientemente inferior a la de cocción, a pesar de tener más temperatura que en exterior, la cantidad de vapor expulsado, hará que la presión interior sea inferior. Además, al enfriar la olla con agua, conseguimos que al evaporarse, robe gran cantidad de calor de la superficie de la olla.